A través de los siglos, los mayas han sido catalogados por varios historiadores como una de las culturas más avanzadas, no solo por su gran crecimiento en cuanto a las matemáticas, arquitectura, entre otros; sino también por su filosofía de vida. Uno de los rasgos fundamentales de la mitología maya es la del concepto de la vida y la muerte, ya que para los mayas el cosmos se compone de tres elementos: el cielo, la tierra y el inframundo o mejor conocido como Xibalbá.
Xibalbá: el inframundo de los mayas
El Xibalbá es conocido en la mitología maya como el inframundo, un mundo subterráneo que es gobernado por las deidades de la enfermedad y la muerte: Hum-Camé y Vucub-Camé.
Para los mayas el Xibalbá no era un mundo espiritual, sino lo veían como un espacio físico que estaba oculto bajo la superficie de la tierra, en el cual se podía acceder por medio de entradas reales. De hecho, se decía que la entrada a Xibalbá estaba ubicada en una cueva cerca de Cobán, Guatemala.
Descripción del Xibalbá
El Xibalbá es conocido principalmente por la descripción que aparece en el Popol Vuh, en el cual se recopila información sobre el pueblo maya, siendo así un lugar importante del ciclo mítico de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, quienes tuvieron que descender hacia allí tras ser retados por las entes divinas a un juego de pelota llamado Pitz.
En el Popol Vuh, el Xibalbá es mencionado como un lugar subterráneo que consta de varias estructuras, tales como el consejo y las casas de los señores de Xibalbá, jardines y otras estructuras que hacen de este lugar algo parecido a una gran ciudad.
El camino que conduce a Xibalbá es descrito como un lugar que se compone de distintas pruebas y trampas, esto con el fin de engañar y confundir a los viajeros. Una vez que se superan todos estos obstáculos es que se podrá estar frente a la junta de Xibalbá.