El pueblo romano es una de las grandes figuras de la historia universal. Según la tradición, la ciudad de Roma fue fundada en el 753 a.C. y era gobernada por un rey: Rómulo, quien mató a su hermano Remo por una disputa política.
Este primer periodo de Roma se entrelaza con el mito hasta el siglo VI a.C. cuando la ciudad-estado deja de ser gobernada por un rey para pasar a convertirse en una república. Durante este periodo se crea el gran auge monumental de la República Romana, que va a durar hasta el 31 a.C. Julio César sería el primer general romano en intentar instaurar una monarquía, aunque sería asesinado, provocando una serie de guerras civiles que terminaría con la coronación de Octavio, como César Augusto, el primer emperador de Roma.
El Imperio Romano duraría hasta el 476, cuando, tras la división del imperio en Oriente y Occidente, caería el último emperador de Occidente. El Imperio Romano de Oriente sobreviviría mil años más, siendo uno de los ejes de la Edad Media.
El Imperio Romano de Oriente, también conocido como Bizancio, sucumbiría finalmente ante el Imperio Otomano, en 1453. Su capital, Constantinopla, cayó ante los otomanos y fue saqueada, iniciando la ocupación turca en Europa y, según la periodización tradicional, la transición a la Edad Moderna.
Origen de la mitología Romana
La cultura romana fue siempre muy flexible y pragmática. El éxito de los romanos se debió en gran parte a su capacidad de asimilar las culturas conquistadas, convirtiendo a los pueblos subyugados progresivamente en ciudadanos de derechos.
Las tribus latinas, que habitaron el territorio donde se asentaría Roma más tarde, dejaron escasos registros de sus creencias y culturas. Los primeros dioses registrados en la cultura romana provienen de los etruscos, que invadieron el territorio cuando todavía era una ciudad-estado.
Más tarde, los romanos fueron incorporando a su panteón deidades provenientes de Grecia, reinterpretándolos y dándoles nombres latinos, creando paralelismos con sus propias divinidades.
En la medida que fueron conquistando el territorio celta, también fueron incorporando estos dioses a su panteón, y ya en la etapa del Imperio Romano, incluyeron cultos del Oriente Medio, los cuales incorporaron la creencia en la trascendencia hacia la vida eterna.
Aunque el helenismo fue una gran fuente de inspiración para las creencias romanas, su cosmovisión era muy diferente, ya que los griegos tenían una visión mucho más filosófica, mientras que los romanos usaban la religión como base a su cultura militarista-expansionista.
Características de la Mitología Romana
Los romanos tenían creencias politeístas, por lo que adoraban a varios dioses, aunque siempre teniendo como figura preeminente a Júpiter. Éste predominaba sobre otros dioses menores, agrupados por lo general en tríadas.
El culto romano a los dioses se dividía en dos ámbitos: el público y el privado. El culto público era el que contemplaba a todos los dioses que conocemos, y era regido por una casta sacerdotal. En el ámbito privado, se adoraban espíritus familiares de acuerdo a ritos domésticos.
Principales Dioses romanos
La tríada principal de dioses romanos en sus inicios fue Júpiter, Marte y Quirino. Estas tríadas regían sobre los aspectos más importantes para los romanos: legal, militar y moral. Más tarde, la tríada principal serían Júpiter, Juno y Minerva, que ostentaban los dominios de la ley, la fecundidad y la sabiduría.
Júpiter: Dios del cielo
Júpiter es el dios de los fenómenos astronómicos. Es una divinidad de origen etrusco que fue siempre el más importante y que iría ganando cada vez más preeminencia a medida que Roma se expandía. Era protector de las leyes, del estado y favorecía las cosechas.
Juno: Reina de los Dioses
En la mitología romana, Juno era la esposa de Júpiter. Representaba todos los atributos femeninos que debía poseer una mujer ciudadana romana y bendecía las uniones matrimoniales.
Saturno: Dios del tiempo
El equivalente griego era Cronos. Era un dios civilizador, padre de todos los dioses. Saturno enseñó a los latinos el uso del calendario y las técnicas de cultivo que los hizo prosperar.
Neptuno: Dios de los mares
Era el dios del agua y todo lo que fuera líquido. Más adelante se lo asimiló con Poseidón, el dios griego de los mares.
Plutón: Dios del inframundo
Plutón era el soberano del inframundo, equivalente de Hades. Gobernaba sobre todas las almas de los que se desviaban de las leyes y valores éticos de un buen romano.
Venus: Diosa del amor y la belleza
Después de ser asimilada con Afrodita, se la asoció con la belleza, el amor romántico y la sexualidad.
Minerva: Diosa de la Sabiduría
Fue rápidamente asimilada con Atenea, por lo que se la representaba con yelmo, espada y ojos vendados. Era la diosa de los médicos, artesanos y guardaba la sabiduría.
Marte: Dios de la guerra
Los jóvenes romanos marchaban a la guerra en primavera, por eso, no sólo era el dios de los combates armados, sino que también se asociaba con la juventud y la primavera.
Mercurio: Mensajero de los Dioses
De su nombre provienen términos como mercado y mercancías, y era la deidad protectora de los comerciantes. Fue asimilado con Hermes, el mensajero de los dioses.
Apolo: Dios del sol
Era un dios de carácter festivo y mujeriego, pero también dueño de una ira temible, características que lo ligaban al sol. Inspiraba a los poetas y músicos.
Diana: Diosa de la Caza
Antiguamente las tribus itálicas la asociaban con los animales salvajes. Luego fue asimilada con Artemisia como diosa de la caza.
Ceres: Diosa de la agricultura y el amor familiar
Protegía las cosechas y regía sobre las labores domésticas, razón por la cual se la asociaba con el ámbito femenino.
Baco
Baco es el dios del vino y de la danza. Por el mismo desenfreno que le caracteriza, es siempre representado con una copa de vino y uvas. Además, se le puede apreciar en diferentes expresiones artísticas. Conocido en la mitología griega como Dionisio.
Vesta: Diosa del hogar y fidelidad
Diosa casta que protegía el fuego del hogar y por lo tanto a la familia, la institución más sagrada del mundo romano.
Fortuna: Diosa romana de la suerte
Era una diosa de carácter veleidoso que gobernaba la vida de los hombres según sus caprichos. Siempre llevaba un timón o una cornucopia.
Cupido
Representa el amor superfluo, por eso es el dios de los mujeriegos y se lo representa como un querubín con ojos vendados, arco y carcaj.
Proserpina
Era una deidad muy antigua de las tribus latinas que fue asociada con al Perséfone griega y pasó a ser la reina del Inframundo junto a Saturno.
Tipos de dioses romanos
A continuación un listado con los tipos de dioses romanos:
- Los Di indigetes. En esta categoría se encuentran los dioses originales del estado romano con títulos de los sacerdotes más antiguos encargados de representar prácticas de la vida diaria tales como la cosecha, el arado y la lucha. Gran parte de estos eran venerados en festividades especiales
- Los novensides. Esta sección se encarga de agrupar aquellos dioses que fueron reconocidos en el periodo histórico es decir de manera posterior a los Di indigentes, esto con el objetivo de dar respuesta a nuevas necesidades o crisis específicas.
- Los dioses extranjeros. Con los nuevos territorios conquistados también llegaron otras deidades para adorar, las cuales fueron acogidas muy ceremoniosamente puesto que a los extranjeros se les permitía continuar viviendo sus creencias.
Pasado Griego
Uno de los grandes mitos fundantes de Roma es el de la Eneida. Este relato fue escrito por el poeta Virgilio, bajo encargo del emperador Augusto, para enaltecer los valores del imperio que estaba construyendo.
Por medio de la Eneida, los romanos buscaban identificar sus orígenes con los griegos, creando un relato fundador donde Eneas, uno de los héroes troyanos de la Ilíada, escapó de la cruenta Guerra de Troya y vivió una serie de aventuras al estilo de Odiseo. De esta forma, Júpiter habría trazado un destino para el héroe: fundar la ciudad de Roma, donde iban a converger los valores griegos con los de las tribus latinas que ya habitaban el lugar.
Creencias romanas
Los romanos fueron un pueblo profundamente religioso. En sus creencias no era tan importante el mito o la creencia en sí mismos, sino los rituales públicos que implicaba su fe.
A lo largo de su historia, Roma atribuyó todos sus triunfos a la intervención divina. Los ritos públicos requerían de la participación de todos los ciudadanos, lo que fortalecía los lazos como comunidad y la identidad nacional.
Además de los ritos públicos, los romanos veneraban a dioses domésticos como los Lares y los Penates cuyo culto se limitaba al hogar y era dirigido por el jefe de familia.
Mitos romanos más populares
Ciertamente los mitos romanos más conocidos son aquellos que se identifican de alguna manera con la mitología griega, veamos a continuación algunos de los más populares.
- Rómulo y Remo. Estos hermanos gemelos nos cuentan la historia de la fundación de Roma y la manera en la que Rómulo llegó a convertirse en el primer rey de ella. Un asesinato de por medio seguramente es motivo para que muchos comparen este relato con el de Caín y Abel.
- El rapto de las Sabinas. Cuenta como los súbditos de Rómulo interrumpieron en los campamentos de los Sabinos, una antiguo pueblo de Italia. Estando allí secuestraron a las mujeres y se dio lugar a una lucha que posteriormente trajo como resultado que las damas terminaran casadas con sus captores.
- Cupido. El mito de cupido relata la historia del dios romano del amor el cual en griego se le conoce como Eros, se trata de un pequeño niño con arco y flechas que al ser lanzadas podían causar tanto amor como rechazo a quienes alcanzaban. Por tanto a Cupido se le describe como un ser travieso que juega con los sentimientos.
Prácticas religiosas
Debido a la gran importancia que dieron los romanos a las creencias religiosas, el Estado disponía de pontífices, vestales, arúspices y un sumo pontífice para controlar la correcta práctica de los ritos religiosos.
Las prácticas religiosas de Roma incluían los sacrificios rituales de animales, la lectura de sus vísceras para hacer predicciones, el cuidado del fuego sagrado por parte de las vestales y una serie de fiestas en honor a ciertos eventos divinos.
Aunque todas las religiones extranjeras eran toleradas, no se permitían ritos que pudieran causar disturbios como los sacrificios humanos.
Bibliografía
TRADICIÓN Y COSTUMBRES DE LA RELIGIÓN ROMANA, Miguel Ángel Ramírez Batalla
RITOS Y CREENCIAS ROMANAS RELACIONADOS CON LAS PUERTAS, Manuel-Antonio Marcos Casquero
DICCIONARIO DE MITOLOGÍA GRIEGA Y ROMANA, Pierre Grimal
LA RELIGIÓN ROMANA, Jean Bayet
LA RELIGIÓN ROMANA ARCAICA, Georges Dumezil
NUEVA HISTORIA SOCIAL DE ROMA, Géza Alföldy