El hijo de Osiris e Isis es Horus, quién era uno los dioses egipcios más antiguo y a su vez el poderoso dios celeste de Egipto, siendo tan antiguo que era reconocido en la época predinástica, cabe destacar que por su forma de halcón, despertó mucha devoción, por lo que sus seguidores hicieron templos en su honor alrededor de todo Egipto, expandiéndose hasta el mediterráneo.
Horus
Esta deidad crece en secreto para vengar la muerte de su padre, quién muere en manos de su tío Seth, por lo que, determinado a tomar el trono, Horus reta a su tío y en la terrible batalla pierde un ojo. Sin embargo, el combate no se detiene y continúa hasta que la asamblea de los dioses intervino y declaró a Horus como el legítimo y único dios de Egipto.
Doctrina antigua
Por otro lado, la doctrina antigua mencionaba que Horus tenía como ojos al sol y a la luna, pero esto se contradice cuando los sacerdotes adjudicaron el sol a Ra, quedando así la luna como el ojo de Horus.
Asimismo, una de las versiones dice que cuando Seth es derrotado por la justicia, se ve obligado a recuperar el ojo que perdió el dios celeste, pero al tenerlo en mano decide dárselo a Osiris (su padre) para que recuperase la vista.
Por lo que, Horus decidió cubrirse la herida con una serpiente divina conocida como Uraeus, que desde ese momento se convirtió en el emblema de los faraones de Egipto.
Amuleto
Otras versiones relatan que Thot decide sustituir el ojo de Horus por un ojo mágico (Udyat) que se convirtió en un popular amuleto, pues se creía que este potenciaba la vista, remediaba las enfermedades, impedía el conocido “mal de ojo” y también protegía a los muertos.
Esta deidad se convirtió en el rey de Egipto luego de que Osiris le transmitiese el poder y se retirara al mundo de los bendecidos y volverse así el dios del inframundo.