Puesto que el origen es fundamental para el ser humano, el mito de la creación azteca busca explicar de alguna manera algunas circunstancias que sirvieron para aclarar de cierta forma los inicios de esta civilización. Es de esta manera que la mitología azteca empieza a dar sus pasos iniciales en su papel de guía para un pueblo que buscaba por todos los medios agradar a sus deidades.
Veamos entonces con mayor detalle lo que se consideraba una verdad absoluta para una sociedad netamente religiosa que se caracterizó por su gran inclinación por la vida nómada.
El mito de la creación azteca
Ometecuhtli quien es el dios absoluto y creador al principio estaba solo, por lo tanto decidió darle vida a un hombre y a una mujer llamados Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl así que de la unión de esta pareja nacieron cuatro hijos llamados de la siguiente manera: el mayor Tezcatlipoca rojo, el segundo Tezcatlipoca negro, el siguiente fue Quetzalcóatl y finamente Huitzilopochtli.
Fueron los cuatro hermanos quienes al asumirse como dioses, crearon un hombre y una mujer para que poblaran la tierra con su descendencia y así lograran rendirles tributo de forma más contundente. Asimismo, los cuatro dioses crearon elementos naturales como los mares y dieron vida a los animales; posteriormente optaron por formar otros dioses a los cuales les asignaron misiones distintas enfocándose en que fueran representaciones de algún aspecto natural.
Organización de los dioses
Los dioses aztecas se ubican por decirlo de alguna manera en tres espacios diferentes: cielo, tierra e inframundo, pues para esta cultura esta es una manera de entender el universo. Es a partir de estos escenarios donde tienen origen la gran cantidad de mitos a los que se pueden tener acceso y en donde se llevan a cabo rituales de adoración muy elaborados.