El Imperio Azteca fue un pueblo que gobernó el Valle de México desde 1345 hasta 1521. Fueron grandes guerreros, constructores de fastuosos monumentos, astrólogos eruditos y también una raza de dictadores implacables.
Un pueblo que consiguió dar origen a un gran imperio en la ciudad de Tenochtitlan y que por ser descendiente de los Mexicas en ocasiones es también llamado así. El carácter nómada y asimismo muy religioso de esta sociedad, les exigía por así decirlo grandes sacrificios que generalmente eran dirigidos hacia el sol, pues era su dios dominante.
Según sus propias narraciones, los aztecas fueron un pueblo que escapó del yugo de otro reino y vagó por el México ancestral hasta asentarse en el lago Texcoco. Una revelación divina les indicó que construyeran su gran ciudad capital sobre un montículo ubicado en el centro del lago y desde allí extendieron su influencia política, militar, religiosa y cultural.
Según la mitología azteca, el deber del hombre era ofrendar su sangre para poder alimentar al sol y que los dioses no fueran olvidados. Cinco siglos más tarde sus deidades todavía permanecen en nuestra memoria.
Mito creador de la cultura azteca
La mitología azteca era de naturaleza politeísta, y creían que, antes del nuestro, existieron cuatro mundos que fueron destruidos para que la vida como la conocemos pudiera multiplicarse y prosperar.
El primer mundo fue encomendado al Sol de Tierra o Nahui Océlotl, pero este mundo fue arrasado por jaguares terribles. Entonces se creó un nuevo mundo, encomendado al Sol de Viento o Nahui Ehécatl. Este mundo fue destruido por vientos inclementes. Entonces el deber recayó en el Sol de Fuego o Nahui Quiáhuitl. Una lluvia de fuego destruyó este mundo y a su sol. El cuarto fue el Sol de Agua o Nahui Atl, que sucumbió a un terrible diluvio.
La creación del Quinto Sol
En esta parte de la mitología azteca, los dioses aprendieron de estos fracasos y decidieron crear un nuevo mundo.
Dado que los cuatro primeros soles ya no existían, tuvieron que crear uno nuevo, y para crear el Quinto Sol, decidieron pedir a dos voluntarios. Al llamado respondió primero el dios Tecuciztécatl, quien lucía ricos e impresionantes atavíos.
Como nadie más respondía al llamado, los creadores vieron a un dios andrajoso y de aspecto purulento y lo llamaron. Éste aceptó la misión agradeciendo a los dioses por el honor. El nombre de este dios era Nanahuatzin.
La creación del Quinto Sol requería de un ritual de varios días en el que ambos dioses debían hacer ofrendas a un fogón mientras ayunaban. Al final del ayuno debían arrojarse al fuego y con su muerte darían vida al nuevo sol.
Tecuciztécatl hizo ofrendas ostentosas, mientras que Nanahuatzin solamente podía ofrecer regalos sencillos. Al momento de ser llamados, Tecuciztécatl fue el primero. Intentó cuatro veces arrojarse al fuego, pero le faltó valor.
Como sólo se podían hacer cuatro intentos, fue llamado Nanahuatzin. Este último se lanzó al fuego sin dudarlo ni un momento y así nació el Quinto Sol, el Nahui Ollin.
Cuando Tecuciztécatl vio que su oponente le había ganado en valor, decidió también sacrificarse, echándose a las llamas y dando nacimiento a un segundo sol.
Como se puede apreciar, tanto para la mitología azteca como para toda su cultura, el número cinco es siempre un símbolo de gran peso. Para esta cultura, todo estaba conformado por cuatro partes esenciales y una quinta que mantenía el equilibrio.
La creación del día y la noche
Cuando los dos soles salieron por el oriente, los dioses vieron que ninguno de los dos se movía y que brillaban con la misma intensidad, cegando a todo el mundo. Dado que el valor de ambos no había sido igual, los dioses impusieron un castigo a Tecuciztécatl, y le arrojaron un conejo que hirió su rostro y apagó su brillo, convirtiéndose en la luna.
Ahora solamente faltaba que los astros se movieran para crear el sagrado ciclo vital. Entendieron que solamente con su muerte podía lograrse y todos se sacrificaron para que los humanos pudieran vivir y prosperar, y recordarlos y adorarlos.
Principales dioses aztecas
La mitología azteca, como se menciona más arriba, tiene una raíz politeísta. Era un pueblo que creía en muchos dioses. Cada deidad tenía poder sobre ciertas áreas de la vida y se las invocaba en función de lo que se necesitara.
Cada uno de los dioses aztecas eran los patronos y protectores de un calpulli (un grupo de familias aztecas que compartían territorio equivalente al oikos griego).
Principales dioses de la Mitología Azteca
Huitzilopotchli
Algunos interpretan su nombre como “Colibrí Zurdo”, o el “Colibrí a la Izquierda del Sol”. Representa al sol y a la guerra y fue el dios tutelar de los mexicas. Su imagen siempre se conforma de un yelmo de cabeza de colibrí y una xiuhcoatl o serpiente de fuego. Muchas veces es difícil encontrar imágenes de este dios debido a que se usaban semillas de amaranto, las cuales se degradaban con el tiempo.
Quetzalcóatl
Deidad del clima, del maíz y la producción. Se lo representa como una serpiente emplumada y es una deidad dual (Ehecatl-Quetzalcoatl). Como Ehecatl, representaba al viento que abría paso a las lluvias y llevaba un pectoral de corte de caracol y el joyel del viento, el Ehecacochcatl. Está asociado a Venus, ya que es quien le abre el camino al sol.
Tláloc
Es el dios de la lluvia y todos los fenómenos meteorológicos relacionados con la misma y uno de los dioses más antiguos e importantes del panteón mesoamericano. Se lo ve comúnmente representado con atavíos de jade, anteojeras que constaban de dos serpientes entrelazadas que convergían para formar una nariz retorcida y grandes colmillos que remitían a las gotas de lluvia. El palo de forma ofidia que suele llevar representa a los rayos.
Centéotl
Es el dios-diosa del maíz. En náhuatl conocido como Sinteotl o sintli. Hijo de Tlalzeotl, diosa de las inmundicias y Xochiquetzal, diosa de la fertilidad. A veces aparece como un ser de ambos sexos y a veces se representa como un hombre joven, dependiendo de la madurez del maíz. Cuando se lo representa en forma de mujer, su nombre es Chicomecoatl. Se ve como un hombre joven con cuerpo amarillo y una mazorca por tocado.
Coatlicue
Conocida como “La de la falda de serpientes”. Diosa de la fertilidad. Representa a la Madre Tierra y por ello todos los dioses eran de su progenie. Siempre se la ve como una forma ataviada con serpientes, que pueden representar sus ropas o chorros de sangre. A veces aparece decapitada.
Coyolxauhqui
Esta diosa representa al ciclo del día y la noche y es representada como una mujer desmembrada en el suelo, encerrada en un círculo. El Dios Sol Huitzilopotchli, deidad de la guerra, habría arrojado a Coyolxauhqui del cerro de Coatepec tras ser esta última derrotada en batalla. Así, el dios de la guerra es el sol y la derrotada es la luna.
Chalchiuhtlicue
Es la diosa de las aguas vivas, las aguas dulces y los mantenimientos. Conocida como “La de la Falda de Jade”. Es representada como una madre amamantando o con una corriente de agua que nace en su falda y lleva niños recién nacidos. Su falda es de chalchihuites (piedras azules) y lleva un yelmo de serpiente.
Huehueteotl-Xiuhtecuhtli
También conocido como “El dios viejo y del Fuego”, es la deidad que representa al calendario y a los ciclos de la tierra. Se puede ver como un anciano arrugado, encorvado y sin dientes y se lo relaciona con el fuego. Vive en el centro del universo y lleva el quincunce, o Cruz de los Cuatro Rumbos.
Tezcatlipoca
Representa a la dualidad de la vida y la muerte, patrono de los hechiceros y salteadores y poseía la juventud eterna. Su nombre significa “Espejo que Humea” y podía ser engañoso y taimado, así como valiente y honorable cuando la situación lo requería. Posee una interesante historia de enemistad con Quetzalcóatl y evoca a la guerra, el viento nocturno y los jóvenes guerreros jaguar.
Imperio azteca
Los aztecas tenían la misión sagrada de mantener vivo al sol ofreciendo la sangre de sus enemigos vencidos. Con esto como premisa, se convirtieron en los guerreros más feroces y tenaces del mundo prehispánico.
Practicaban el sacrificio humano, el canibalismo y subyugaron a todos sus vecinos hasta que fueron derrotados por Hernán Cortez y sus hombres. Por otro lado, fueron grandes arquitectos, concibieron un calendario de 360 días sin instrumentos de medición astronómica y concibieron un sistema de cultivo hidropónico conocido como “chinampas”, que les permitía sembrar maíz sobre las aguas del Lago de Texcoco. Su capital estaba en Tenochtitlán.
Organización política de los aztecas
El cargo más importante del Imperio Azteca era el Huey Tlatoani, que regía sobre todas las tierras y poseía autoridad en todas las esferas de poder. Presidía el tlacopán, un consejo conformado por los tlatoani de las ciudades más importantes y algunos representantes de los calpulli.
Su estructura social estaba basada en un rígido sistema de castas donde la nobleza ejercía todo el poder. El tlacopán tomaba todas las decisiones políticas, militares y administrativas y designaba al Huey Tlatoani cuando moría el soberano.
En algunas poblaciones conquistadas, por lo general aquellas donde había focos de resistencia, se instalaba un gobernador militar que contaba con el respaldo de una guarnición.
Cuando el Imperio empezó a tener más extensión, surgieron los tecutli, señores que habían ascendido en el escalafón por hazañas destacadas y que recibían tierras y sirvientes como recompensa, las cuales administraban para el tlatoani.
Los calpullec eran líderes patriarcales que dirigían los calpulli. Esta era la unidad doméstica básica y estaba formada por varias familias de macehuatlin. Poseían pequeños territorios divididos en parcelas.
Los macehuatlin conformaban la mayor parte del pueblo azteca. Eran labradores, artesanos, comerciantes y servidores públicos.
El escalón más bajo de la sociedad azteca estaba conformado por los tlacotli. Estos eran personas que habían cometido algún tipo de falta o delito y tenían que pagar su crimen con trabajo no remunerado. Aunque podrían considerarse esclavos, la mayoría de las veces estas personas quedaban libres después de cumplir un determinado tiempo de castigo. Cuando un tlacotli reincidía, solía ser sacrificado.
Astronomía según los aztecas
Para los aztecas, la astronomía era un tema de máxima importancia, ya que les permitía medir los ciclos de las cosechas y predecir grandes eventos astronómicos como los eclipses. Usaban esta información para ganar autoridad religiosa, ya que podían preparar un sacrificio ritual para el día en que ocurriría un eclipse, de modo que pareciera que ambos eventos estaban relacionados.
Para los aztecas, el sol (Huitzilopotchli), derrotaba cada día a la noche (Coyoxauhqui), su hermana, para dar paso al sol. A los cometas los llamaban estrellas que humean. Tenían sus propias constelaciones con sus nombres y construyeron observatorios para estudiar los astros.
El calendario azteca posee 360 días divididos en 18 meses y contaban cinco días aciagos para completar el ciclo solar en los que se realizaban sacrificios. En la piedra tallada que corresponde al calendario está representada toda la mitología azteca por medio de símbolos.
Caída del Imperio Azteca
Hacia el ocaso del poder azteca, habían cumulado muchos enemigos. Los más importantes fueron los tlaxcaltecas y los totonacas que, junto a otros pueblos subyugados, se unieron a los hombres de Hernán Cortez en 1519 para invadir Tenochtitlán. Así terminaron finalmente con el dominio del Huey Tlatoani gracias al poder de las armas de fuego, el acero, los caballos y los perros de guerra que eran desconocidos para los pobladores de estas tierras.
Panteón azteca
Dioses primordiales
Representan a la dualidad (Omeyotl) y suelen nombrarse Ometeotl como una sola entidad. Cada uno por separado son conocidos como Ometecuhtli (masculino) y Omeciguatl (femenino).
Dioses Principales
- Huitzilopochtli
- Quetzalcóatl
- Tezcatlipoca
- Tláloc
- Xipe-Tótec
- Xiuhtecuhtli
Dioses Celestes
- Tepeyollotl
- Citlalicue
- Coyolxauhqui
- Ehécatl
- Meztli
- Mixcóatl
- Mixtli
- Nanahuatzin
- Tlahuizcalpantecuhtli
- Tlalchitonatiuh
- Tletonatiuh
- Tonatiuh
- Xólotl
- Yohualtecuhtli
- Xitlali
Dioses Fenoménicos
- Atlacoya
- Ayauhtéotl
- Tepeyóllotl
Dioses Acuáticos
- Chalchitlicue
- Acuecucyoticihuati
- Achane
- Ameyalli
- Amimitl
- Atl
- Atlacamani
- Atlatonin o Atlatonan
- Atlahtli
- Atlaua o Atlahua
- Chalchiuhtlatónal
- Chalchitlicue
- Matlalcehuitl
Dioses Ígneos
- Chantico
- Camaxtli
- Chantico
- Huehuetéotl
- Paynaltón
- Xócotl
Dioses del Alimento
- Centéotl
- Centéotl
- Chicomecóatl
- Coatlicue
- Xilonen
Dioses de la Fertilidad
- Xochiquétzal
- Chiconahui
- Temazcalteci
- Teteoinnan
- Tlazolteotl
- Toci
- Tonantzin
- Tzítzmitl
- Xochipilli
- Xochiquétzal
- Cihuacóatl
- Tonacacíhuatl
- Tonacatecuhtli
Dioses de Vicios
- Mayáhuel.
- Huehuecóyotl
- Macuilcozcacuauhtli
- Macuilcuetzpalin
- Macuilmalinalli
- Macuiltochtli
- Macuilxóchitl
- Mayáhuel
- Ometochtli
- Tepoztécatl
- Tlazoltéotl
Dioses de la Muerte
- Itzpapalótl
- Chalmecatecuchtli
- Chalmécatl
- Ilamatecuhtli
- Itztlacoliuhqui-Ixquimilli
- Iztli
- Itzpapálotl
- Mictecacíhuatl
- Mictlantecuhtli
- Teoyaomqui
- Xólotl
Dioses de los Oficios
- Pahtécatl.
- Acalometochtli
- Chicomexóchtli
- Cochimetl
- Huixtocíhuatl
- Opochtli
- Tlacotzontli
- Yacatecuhtli
- Ixtlilton
- Patécatl
- Toci
Dioses del Tiempo
- Oxomoco
- Cipactónal
Bibliografía:
CUADERNO PARA ILUSTRAR DIOSES MEXICAS, Corinna Rodrigo Enríquez.
EL MITO NAHUA DE LA CREACIÓN DEL COSMOS Y EL PRINCIPIO DE LOS REINOS, Enrique Florescano.
DIOSES DEL MÉXICO ANTIGUO, Eduardo Matos Moctezuma.
UNA VISIÓN DE LA CULTURA ANTIGUA, Octavio Paz.