Para empezar, según narra la mitología azteca, Centéotl era conocido por ser el dios del maíz, el patrón de la ebriedad y la bebida en todos los rituales de esta cultura, asimismo, fue uno de los dioses toltecas considerado como un dios dual, esto es debido a que poseía dos sexos, el masculino y el femenino.
Centéotl, dios del maíz
A causa de esto, su nombre masculino era Centéotl y Centeotltecuhtli (tecuhtli, “señor”) y su nombre femenino fue Chicomecóatl y Centeotlcíhuatl (cíhuatl, “mujer”). Además, la historia relata que este es hijo de Piltzintecuhtli y Tlazoltéotl, tras su nacimiento se refugió debajo de la tierra convirtiéndose así en diversos sustentos, uno de ellos es el maíz con el que se le asocia mayormente.
Fabulas
Se dice que Centéotl, se es esconde debajo de la tierra y es por esto, que varias partes de su cuerpo provienen de la misma, dejándole así los siguientes rasgos físicos:
- Cabello de algodón.
- Naríz en chia.
- Dedos de camotes.
- Uñas en un maíz alargado.
- Ojos en diferentes semillas.
Asimismo, otros cultivos emergieron de su cuerpo, gracias a esta riqueza que le entregó el mundo, era amado por las personas y desde ese momento fue llamado Tlazohpilli, el cual se refiere a dios amado.
Cultos
Este dios tolteco era celebrado en el mes Huey Tozoztli, en el cual los plebeyos seleccionaban mazorcas de maíz de sus cultivos, luego las secaban y eran usabas como semillas para cultivarlas, después de esto, llevaban estas mazorcas a sus casas para ofrecerlas como ritual hacia Centéotl.
Para finalizar, en otro ritual agrupaban las mazorcas de maíz en grupos de siete y las llevaban al templo de Chicomecóatl, estas representaban a este dios que se convertía en el corazón del maíz almacenado y sería la semilla del maíz que se plantaría en el futuro.